¿Cómo se puede aprender a vivir el presente? La capacidad
del cerebro adulto está dotado de una gran corteza cerebral para prever el
futuro. Los niños por el contrario, son
más capaces de vivir en el presente, porque su propia estructura cerebral,
todavía inmadura, se lo pone más fácil.
Un estudio realizado en la Universidad de Harvard por dos
prestigiosos psicólogos, Matt Killingsworth y Dan Gilbert, han demostrado que las experiencias más
placenteras son aquellas que nos absorben en cuerpo y mente, las que no están
contaminadas por preocupaciones o lamentaciones. Esto es: tocar un instrumento,
salir a pasear, tomar el sol en la playa, pero también rutinas diarias como
fregar los platos, lavarnos los dientes, pelar alguna fruta...
Foto: Lourdes Pulido |
Somos por tanto más felices cuando nuestro pensamiento y
acción coincide, aunque solo sea al lavarnos los dientes. Se ha comprobado además que te hace más feliz
por ejemplo, planchar pensando en lo que estás haciendo, que planchar
imaginando unas vacaciones en el Caribe.
Este estudio ha sido realizado con un método poco convencional
pero muy eficaz a la vista de los resultados, el método <<sampleo de
experiencias>>. A través de un teléfono móvil, los investigadores han
desarrollado un programa que ha llamado automáticamente a cinco mil personas
que han participado en el estudio. Les preguntaban qué hacían, en qué pensaban y cuándo se sentían más
felices.
Se comprobó que incluso las personas que tienen vidas
interesante y divertidas, sino se centran en lo que hacen no son tan felices
como aquellas con existencias tranquilas pero que están centradas en el
presente de sus vidas.
Fuentes:
Libro: “Una mochila para el universo”, Elsa Punset
Foto:
Lourdes Pulido. Propia
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